Relación Medico - Paciente

Podemos determinar que la base para tener un buen éxito en una consulta es la relación médico-paciente ha sido tradicionalmente considerada por los profesionales como un pilar fundamental de la práctica médica. Casi el 100% de los pacientes quieren que sus médicos los apoyen, los escuchen y les expliquen con claridad.

La importancia de la relación médico- paciente

Es un elemento fundamental en el proceso asistencial del paciente, pero, sobre todo, en la adherencia al tratamiento. Este vínculo se entiende como una relación donde el paciente acepta implícitamente la ayuda del profesional sanitario ante un problema de salud; juega un papel esencial en la práctica médica, debido a que es fundamental para dotar de una asistencia médica de calidad tanto en el diagnóstico como en el tratamiento y, además, constituye uno de los pilares de la ética médica. No obstante, los nuevos cambios que ha experimentado la medicina en la organización de los servicios de salud han tenido una gran repercusión en los profesionales sanitarios, quienes se han visto obligados a adaptarse a esta nueva realidad.

Las formas de relación médico-paciente

La relación médico-paciente y la comunicación pueden determinar varios tipos de vínculos según en que se basa la misma. Como los siguientes: 

Paternalista: Es la relación más habitual, en esta modalidad el médico adopta un rol directivo en la toma de decisiones del paciente y su entorno siguiendo siempre el principio de protección de la salud y no maleficencia

Autoritaria: En este tipo de relación el médico juega un papel imperativo indicando al paciente lo que debe de hacer suprimiendo cualquier tipo de diálogo con el paciente

Democrática: Esta relación está caracterizada por un papel predominante del paciente. Es una relación centrada en la enfermedad donde el paciente es el encargado de la toma de decisiones, mientras que el profesional queda en un segundo plano con el fin de complacer al cliente. 

Deliberativa: Es la relación más beneficiosa y deseable para ambas partes. En ella, se instaura un diálogo en la toma de decisiones compartida, mediante la toma de un papel facilitador del profesional médico hacia el paciente. 

La personalidad del médico.

La formación de un médico requiere, además de la adquisición de conocimientos y habilidades clínicas, el desarrollo de actitudes y valores; pudiendo presentar una infinidad de humores o expresiones pero solo algunas son consideradas que debería tener un medico.
  • Debe tener una buena comunicación: Es decir ser una persona que escucha bien, es crítico para ser un buen doctor, generando que los pacientes te digan qué es lo que está mal con ellos.
  • Organizados y conscientes: necesita asegurarse de que a sus pacientes se les recomiende realizarse pruebas de diagnostico, que sus preguntas son respondidas en plenitud y que al finalizar la consulta tengan un plan de acción claro y efectivo.
  • Brindar confianza: Esto a partir de sus acciones en la consulta.
  • Saber trabajar en equipo: Saber trabajar con todos los especialistas y compañeros en el ambiente en el que se encuentre.
  • Gentiles y tienen buen trato: Los médicos deben de ser afables, saber escuchar y ser empáticos a las preocupaciones de sus pacientes.
Existiendo 2 tipos de desordenes de personalidad: como el obsesivo compulsivo y narcisista.  

La personalidad del paciente

En relación a los pacientes, siempre se debe tener un poco de tolerancia con estos mismos, ya que sabemos por la situación en la cual esta transcurriendo, a partir de esto se denomina que un paciente debería tener lo siguiente:
  • Relación adecuada con su padecimiento, es decir, lo aceptan, actúan en correspondencia con las orientaciones del médico y encuentran un estilo de vida que les permite vivir con calidad.
  • Evitar una relación nosofóbica o sobrevalorada: excesiva importancia a su enfermedad, convirtiéndola en su principal preocupación.
  • Evita la negación de la enfermedad: donde no la aceptan, no desean creer que están enfermos por las implicaciones que esta afección pudiera tener en su vida personal, familiar, laboral o social y se comportan ajenos a su problema, retardando la recuperación de su salud.
  • Evitar tener una relación hipocondríaca, poseen una imagen exagerada de su salud. Estos enfermos van de consulta en consulta creyendo tener diferentes padecimientos, sin que exista, por lo general, necesidad objetiva de salud.

La enfermedad y el padecimiento

Existen muchas maneras de nombrar el fenómeno de la pérdida de la salud: desde la perspectiva biomédica, la palabra más empleada es la de enfermedad; desde el punto de vista del paciente, el término que describe mejor su experiencia es padecimiento. Sin embargo, entre enfermar y padecer hay un abanico de posibilidades que aluden a expresiones corporales, físicas y mentales, así como a situaciones biológicas, emocionales, sociales y culturales específicas.

  • Enfermedad: Alteración y desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos y cuya evolución es más o menos previsible.
  • Padecimiento: Experiencia  del enfermo siempre moldeada por los factores culturales que orientan la percepción, la explicación y la evaluación de la experiencia. Incluye expectativas.
ALGUNOS PACIENTES SUFREN PROBLEMAS DE SALUD QUE NO TIENEN UNA BASE BIOLÓGICA DEFINIDA. EL PACIENTE PUEDE TENER UN PADECIMIENTO "SIN TENER UNA ENFERMEDAD".

La ética de la relación médico-paciente

Al hablar de ética médica debemos considerar el respeto de los derechos de nuestros pacientes; su autonomía, evidenciada en una relación más horizontal y democrática; el actuar médico con beneficencia y no maleficencia, con calidad y seguridad en la atención; y justicia, con una distribución adecuada de las condiciones necesarias para lograr la salud, siendo el médico sujeto a sanción si actuase con negligencia, imprudencia o impericia.

La ética constituye un conjunto de costumbres y normas que dirigen o valoran el comportamiento humano, en el caso específico de nuestra profesión, ésta nos acompaña a lo largo de nuestra vida, siempre de la mano de los valores personales y la conciencia moral. Como médicos, orienta nuestra conducta hacia la ejecución del acto médico correcto, propiciando el logro de un estándar ideal y de excelencia en la relación médico-paciente, eje vertebral de nuestro quehacer diario.

Conclusión

El médico siempre está centrado en el paciente trata de conocer los temores, las expectativas y los deseos de éste para ofrecerle opciones que puedan ser compatibles con sus propias ideas. De esta forma, intenta que dichas opciones, a la vez que aceptables también factibles, sean consideradas por el paciente con el propósito de facilitar su realización; por lo cual el medico debe considerar abordar la atención considerando todos los ángulos y modelos de esta relación es necesario considerar las normas éticas vigentes y vivir algunas virtudes que nos hacen buenas personas y, por tanto, buenos médicos. Basándonos principalmente en el código internacional de Ética Médica vigente donde se estipula las aptitudes que debe tener y seguir un médico.



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